November 14, 2014


Mi primer examen chispas de lengua


Ayer hicimos nuestro primer examen de lengua del curso. Ya os he dicho mentalmente, aunque igual no lo habéis notado, que en clase tengo cuatro alumnos. Pues bien, a las 17:05h solo habían acudido dos.
—Ya está, se han acojonado —pensé para mis adentros y expresé hacia mis afueras.
—Hombre —les dije a los dos asistentes—, si después de venir a clase todos los días llega el examen y no venís, ya me contaréis cómo pensáis aprobar.

Obsérvese que normalmente este tipo de reprimendas públicas surten poco o nulo efecto, puesto que los destinatarios potenciales de las mismas están ausentes, pero uno se queda mucho más tranquilo. Es decir, falla el receptor, falla uno de los elementos de la comunicación, falla la comunicación. La teoría es así.

A las 17:10h hizo su entrada triunfal el tercero de la tarde, al que llamaremos míster E., colorado y somnoliento, recién levantado de una siesta reparadora.

Todavía me faltaba el cuarto, al que llamaremos míster J., que apareció, no se lo pierdan, a las 17:40h.
—Se me ha complicado la tarde, he tenido que ir a buscar a las niñas al colegio, y no he podido venir antes.
—Correcto —le dije.

Creo que para ser mi primera vez me quedó una cosa decente: un test que recogía la teoría, un par de preguntas para que unieran conceptos, algo del estilo directo y el indirecto, un poco de escribir, la ortografía de la a sin hache y de la ha con hache, un poco de leer y otro poco de volver a escribir. Una carta, en plan modernos.

Ahora, lo de cuadrar las preguntas para que saliera redondo sobre 10, me resultó imposible. Mira que me gustan las matemáticas, pero lo más que logré acercarme tenía un margen de error de +3,40. Y así lo dejé. Será por eso que la regla de tres la domino bien.

Ahora los acabo de corregir. Tengo un porcentaje de éxito medio. Un notable, un suficiente y dos insuficientes. Me queda el consuelo de que esto no ha hecho más que empezar y hay tiempo para mejorar. Al fin y al cabo nosotros no contamos ni picos ni patas.

ENTRADAS RELACIONADAS:
Leche con cereales al estilo Bulli.
El chico al que le gustaba Franz Ferdinand.
El chirriante caso de Aleksándar Sâncz.
Cinco zagales y un bicharraco.
El colorido caso de Frankie «Red» Salmone.

Labels:

Posted @ 17:48 by | Permalink | Van 2 comentarios|



Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.

Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.


-------------------
Name: SRG
Location: Aragón
De perfil...

pregunta, pregunta

tutorías personalizadas

todas las convocatorias

La foto de la pizarra

entre clases y guardias

últimas clases

en el recreo

cursos anteriores

asignaturas

la inspección educativa

bibliografía recomendada

sala de profesores

el claustro

auxiliares de conversación

material didáctico