January 19, 2011
El payaso trompetero
Desmesurada. Balada triste de trompeta es una exageración.
La película nos muestra cómo un niño apocado y triste en 1937 se convierte al principio de los '70 en un payaso vengativo y sanguinario.
¿Qué pasa en ese lapso de tiempo para que se produzca tal cambio de personalidad del protagonista? Los primeros años en la vida de un adolescente condicionan la forma en que se desarrollará su vida en un futuro, y tener que soportar con tan poca edad las continuas vejaciones y humillaciones a las que el ejercito franquista somete a su padre, un payaso que se limita a hacer reír a los niños para distraerlos de los horrores de la guerra, en el que aunque sea de manera inconsciente te ves reflejado y al que quieres imitar, tiene que ser duro. Y más duro aún tiene que ser verlo morir a los pies de un caballo mientras ayudaba a excavar y levantar el Valle de los Caídos; aunque tú le hubieras reventado un ojo, de forma más o menos accidental, al jinete de dicho caballo.
Así es como a principio de los '70 Javier se enrola en un circo para hacer lo único que cree que sabe hacer aunque no lo haga del todo bien: el payaso triste. En el circo conoce a domadores, motoristas voladores, acróbatas, a su compañero el payaso tonto, y a la que para él se convertirá en el amor de su vida, Natalia, la chica de la tela. Y el amor le lleva a enfrentarse con todo lo que se le ponga por delante, ya sea el payaso tonto, los grises, la guardia civil, ciervos, jabalíes, Carrero Blanco o el propio Caudillo de las Españas.
Es con tanto y tan diverso enfrentamiento donde llega la exageración: sangre, palizas, peleas, sexo salvaje, sangre, puñetazos, tiroteos, cacerías, más y más sangre. Hasta acabar a los pies de la cruz del Valle de los Caídos. Igual que su padre. Muerto de risa.
Posted @ 23:43 by La película nos muestra cómo un niño apocado y triste en 1937 se convierte al principio de los '70 en un payaso vengativo y sanguinario.
¿Qué pasa en ese lapso de tiempo para que se produzca tal cambio de personalidad del protagonista? Los primeros años en la vida de un adolescente condicionan la forma en que se desarrollará su vida en un futuro, y tener que soportar con tan poca edad las continuas vejaciones y humillaciones a las que el ejercito franquista somete a su padre, un payaso que se limita a hacer reír a los niños para distraerlos de los horrores de la guerra, en el que aunque sea de manera inconsciente te ves reflejado y al que quieres imitar, tiene que ser duro. Y más duro aún tiene que ser verlo morir a los pies de un caballo mientras ayudaba a excavar y levantar el Valle de los Caídos; aunque tú le hubieras reventado un ojo, de forma más o menos accidental, al jinete de dicho caballo.
Así es como a principio de los '70 Javier se enrola en un circo para hacer lo único que cree que sabe hacer aunque no lo haga del todo bien: el payaso triste. En el circo conoce a domadores, motoristas voladores, acróbatas, a su compañero el payaso tonto, y a la que para él se convertirá en el amor de su vida, Natalia, la chica de la tela. Y el amor le lleva a enfrentarse con todo lo que se le ponga por delante, ya sea el payaso tonto, los grises, la guardia civil, ciervos, jabalíes, Carrero Blanco o el propio Caudillo de las Españas.
Es con tanto y tan diverso enfrentamiento donde llega la exageración: sangre, palizas, peleas, sexo salvaje, sangre, puñetazos, tiroteos, cacerías, más y más sangre. Hasta acabar a los pies de la cruz del Valle de los Caídos. Igual que su padre. Muerto de risa.
Lo mejor: Los títulos de crédito iniciales.
Lo peor: Lo exagerada y por tanto poco creíble que resulta la trama en muchos momentos.
Mi momento favorito: Cuando encerrado en la finca del Coronel Salcedo y esperando su ejecución, Javier se convierte en una mezcla de MacGyver y Mortadelo e improvisa un traje de payaso con una casulla y una plancha, y se queda tan ancho.
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Quizá haya algún tesoro / muy dentro de mi entraña. / ¡Quién sabe si yo tengo / diamante en mi montaña / o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! / Los árboles del bosque de mi isla / sois vosotros, mis versos.
Salen los niños alegres / de la escuela, / poniendo en el aire tibio / de abril canciones tiernas. / ¡Qué alegría tiene el hondo / silencio de la calleja! / Un silencio hecho pedazos / por risas de plata nueva.
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